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Los Márquez, primero y segundo en el GP de Qatar, siguen en una dimensión aparte

Marc recupera el liderato frente a su hermano Álex tras firmar su cuarto sábado perfecto para empezar el año en otra jornada agria para Bagnaia

Marc Máquez durante el Gran Premio de Catar de Moto GP.
Guille Álvarez

El guion del Mundial de MotoGP se mantiene inamovible en el cuarto fin de semana de campeonato. El sábado en el GP de Qatar volvió a pertenecer a los hermanos Márquez, en una dimensión aparte del resto de pilotos. A lomos de sus respectivas Ducati. El mayor de la saga familiar, Marc, recuperó el liderato frente al pequeño, Álex, en medio de un ambiente distendido que no quita mordiente a sus batallas sobre la pista. A pesar de que el bicampeón del equipo Gresini lo intenta en cada carrera, por ahora es la montura oficial del ocho veces campeón del mundo la que termina llevándose la medalla de oro de las sprint y la pole, con pleno en lo que va de certamen.

Si la lucha fratricida se mantiene en un pañuelo, con Marc Márquez dos puntos por encima de Álex en la tabla rumbo al gran premio de este domingo (19.00 horas, DAZN), es por el error del 93 en su querido Austin en la anterior carrera larga, un regalo que recogió Pecco Bagnaia para lamerse las heridas con una victoria inesperada. Vuelven a dolerle al tricampeón italiano, undécimo en la parrilla y octavo en la prueba corta tras otra jornada notablemente alejado de las expectativas depositadas en la guerra de multicampeones con su nuevo compañero de escuadra.

Marc cruzó la meta con un segundo y medio de ventaja sobre Álex Márquez, que le buscó las cosquillas al hermano mayor en la segunda vuelta. La alegría al pequeño le duró media recta de meta, y el auténtico dominador de este arranque de Mundial impuso su ley en la primera curva y luego su mejor ritmo, rodando a placer hacia la victoria. En el circuito de Lusail, históricamente uno de los que más se le ha atragantado, el octocampeón volvió a demostrar que su conexión con la Desmosedici tiene un potencial ilimitado.

“Este fin de semana está siendo inesperado. Normalmente me cuesta rodar aquí, pero me siento muy bien y todavía quiero mejorar un par de cosas para mañana. Aunque Álex me atacó, sabía que mi ritmo era algo mejor”, comentó el ganador de la sprint. “Él ha estado más fuerte que yo, más osado en esta ocasión incluso en las tres curvas de derechas rápidas donde suelo ser mejor”, apuntó el segundo clasificado. Es la séptima carrera consecutiva en la que Álex lleva su Ducati satélite al segundo cajón, de largo su mejor racha desde que es piloto de MotoGP, donde busca todavía su primer triunfo en un gran premio.

El primero del resto, Franco Morbidelli (Ducati VR46), quedó a cuatro segundos del triunfador para volver a acompañar en el podio a los hermanos Márquez, como ya hizo en Argentina. El rostro de Davide Tardozzi, jefe del equipo oficial Ducati, es el termómetro perfecto para medir el contraste entre los vecinos de garaje y principales candidatos al título. Los abrazos, sonrisas y buen rollo fluyen en el lado de Marc Márquez, mientras las caras largas y sufridas se mantienen como la tónica general en el costado de Pecco Bagnaia, irreconocible en este inicio de certamen. Los gerifaltes de la fábrica esperaban la reacción del turinés este fin de semana, pero su caída en la cronometrada le condenó a remar a la contra cuando hasta él esperaba estar arriba del todo.

El sábado terminó con notas positivas para Fermín Aldeguer, piloto español de 20 años que debuta con Gresini en la categoría. El murciano está demostrando una adaptación exprés a la élite y su cuarta posición tras superar en la última curva de la última vuelta al campeón del mundo de 2021, el francés Fabio Quartararo, vuelve ilustrar los beneficios de rodar con la Ducati, de lejos la moto más completa y amable del campeonato. Para El Diablo, tercero en la cronometrada y quinto en la sprint, verse con la Yamaha luchando de tú a tú por el podio con las máquinas italianas fue una sensación muy positiva. Desde el GP de los Países Bajos de 2022 que no se colaba en la primera fila de la parrilla. Jorge Martín, el campeón del mundo, fue 14º en parrilla y 16º en la prueba corta en su retorno a la competición tras una pretemporada plagada de lesiones.

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Sobre la firma

Guille Álvarez
Graduado en Ciencias Políticas por la UPF y máster en Periodismo Deportivo y Comunicación por la Blanquerna-URL, ha pasado por las redacciones de La Vanguardia, la revista VICE y Mundo Deportivo. Colabora con la sección de deportes de EL PAÍS desde 2022, donde ha cubierto el Mundial de MotoGP y varias ediciones del Rally Dakar.
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